sábado, 12 de junio de 2010

La soledad y la ciudad

Viendo a la gente joven en el colectivo, en la calle, percibo que muchos no quieren hablar con nadie, no les interesa la verdad.
Hemos ganado en autonomía, pero también en apatía. Muy distinta a la actitud de las personas más grandes, prestas a participar en una conversa coloquial en cualquier momento.
Creo que esto puede deberse a que los jóvenes están siempre “conectados” a la radio, al celular, al chat… esa ventanita que no para de reclamar atención, celosa y posesiva. Debemos atenderla cuando lo exija. Alguien nos llama, alguien nos habla, puede ser importante, puede ser quien espero. Seguro este mensaje es importante! Si no…por qué me lo enviarían a mi?!
Así, los instantes en un colectivo, en el subte, en una parada, se han vuelto preciosos, para pensar ó solo para no pensar, en nada.
Abstraernos en ese silencio y soledad que anhelamos, donde no debemos abrir ventanas ni responder nada.
Sin embargo, entre las ventanas virtuales y la cálida conversación con un amable desconocido, escojo esta posibilidad.
Sorprenderme con el mensaje de esa persona a mi lado, en este momento único e irrepetible que nadie más, nunca, recibirá.


Escrito en el colectivo N. 44 mientras no hablaba con nadie.

1 comentario:

  1. una ciudad de solas y solos cada vez, tal como decis, pareciera que la vida en un colectivo tan grande como esta ciudad paradójicamente lleva a un aislamiento, o a mediatizar las relaciones a través de la tecnológia.
    será que tenemos que volver a la naturaleza? o que la naturaleza inunde la ciudad?
    gebnial el blog. baccio, ezequiel

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